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ROCAS QUE ESCUPEN FUEGO DESDE HACE MÁS DE 2.500 AÑOS

Laureano Gomez Nurias • mar 23, 2024

ROCAS QUE ESCUPEN FUEGO DESDE HACE MÁS DE 2.500 AÑOS

La mitología griega sostiene que estas llamas son el aliento de un monstruo. Pero los expertos explican que se originan a raíz de un fenómeno geológico muy particular

El legendario monte Quimera, actualmente conocido como Yanartas (que significa -literalmente- rocas de fuego), se encuentra en el parque nacional de Olympos, cerca de Cirali, un pequeño pueblo agrícola situado en el suroeste de Turquía. Y allí encontramos uno de los fenómenos más fascinantes de la naturaleza: unas llamas que arden entre sus rocas desde hace milenios. La primera referencia a esta curiosa rareza natural la podemos encontrar en los escritos del historiador y médico griego, Ctesias de Cnido, del siglo V aC. Es decir, que estas llamas llevan ardiendo ininterrumpidamente desde hace -al menos- 2.500 años.


Algunos expertos sitúan aquí el origen de la leyenda de la Quimera. El monstruo de tres cabezas de la mitología griega que escupía fuego, se tragaba rebaños enteros, fundía las armas de sus enemigos con su aliento y que tenía aterrorizados a los habitantes de Licia, el riquísimo reino de Asia Menor situado en torno a lo que hoy es el golfo de Antalya.



La leyenda cuenta que la Quimera fue derrotada por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, su caballo alado. El héroe clavó su lanza en las fauces de la bestia mientras esta exhalaba su aliento de fuego. Lo que derritió la punta del arma, que se escurrió por su garganta y acabó por quemarle los órganos. Según cuenta la historia, el cuerpo de la fiera cayó en este lugar y su lengua de fuego permaneció ardiendo desde entonces... y a perpetuidad.


La realidad es un poco menos poética y un poco más prosaica. Las llamas de Yanartas tienen su origen en las emisiones de metano que salen por los conductos de ventilación natural de la montaña. El gas natural se escapa por casi dos docenas de agujeros y grietas situados en la roca, lo que hace que ardan continuamente.



Aunque apenas se perciben a la luz del día, cuando cae la noche son visibles incluso desde el mar. Según se dice, esto ha permitido que infinidad de marineros hayan utilizado estas llamas como si fueran un faro.


La mayoría de los gases naturales tienen un origen biótico, es decir, de la descomposición de cadáveres de plantas, animales y algas enterrados que fermentan para crear estos combustibles fósiles. Pero otros, como en el caso del metano del monte Quimera, tienen un origen abiótico. Es decir, que se crean por procesos geológicos y químicos donde no intervienen restos de vida. El metano se forma a altas temperaturas en el interior de la Tierra.


Y esto es lo que hace más curioso todavía el fenómeno de las llamas de Yanartas. Porque en este caso en particular, el metano se genera en la superficie, donde el calor no es suficiente para generarlo sin la existencia de restos bióticos.


Existen diversas hipótesis que han tratado de explicar cómo es posible la generación de este gas sin la existencia de restos orgánicos y sin la temperatura necesaria. Pero la teoría más aceptada es la que lo relaciona con un proceso natural llamado serpentización.


Que ocurre cuando el agua se filtra a través de ciertos tipos de minerales en el manto terrestre, causando una reacción metamórfica (que se desarrollan en estado sólido) que resulta en la liberación de hidrógeno. Este gas entra en contacto a su vez con el carbono de la tierra y de esta forma, se genera el metano.



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